Isla de Lundy

La isla de Lundy está situada a unos 18 kilómetros de la costa del norte de Devon, Inglaterra, donde el océano Atlántico se encuentra con el canal de Bristol. Lundy consiste en un enorme afloramiento de granito de algo menos de 5 kilómetros de largo y algo más de un kilómetro de ancho. El paisaje contrastado, con sus altos acantilados al oeste y la costa protegida y cubierta de hierba al este, proporciona una rica diversidad de flora y fauna, lo que hace de Lundy un lugar único para visitar.

Ya en la Edad Media, los piratas reconocieron el valor estratégico de la isla y se adentraron en el canal de Bristol. Uno de los piratas más conocidos que se aprovechó de Lundy fue Thomas Benson. Su truco consistía en esconder en la isla a los convictos que debía deportar a Estados Unidos, previo pago por ello.

Luego, en el siglo XIX, se inició un proyecto para extraer granito en la isla. Sin embargo, este proyecto sólo duró cinco años, ya que resultaba caro y poco práctico llevar la roca al continente.

En 1969, el empresario Jack Hayward compró finalmente la isla y la donó al National Trust. Lundy fue incluso la primera zona marina protegida del Reino Unido.

Los turistas son muy bienvenidos en la pequeña isla. Tienes la posibilidad de venir a Lundy con el propio barco de la isla, el MS Oldenburg, desde finales de marzo hasta finales de octubre. El ferry sale de Bideford e Ilfracombe, desde donde se tarda unas 2 horas en llegar. Si no es posible llegar a la isla en ferry por diversos motivos, también puedes volar en helicóptero.

Lundy, la isla sin coches, es adecuada tanto para excursiones de un día como para estancias más largas. Hay un total de 23 casas de campo con cocina, diseñadas de forma muy individual, que se alquilan para vacaciones cortas o estancias de una semana. También hay un camping en la isla.

Ahora te estarás preguntando qué hay que ver en una isla tan pequeña. La ubicación de Lundy, con el océano Atlántico al oeste y el canal de Bristol al este, crea una combinación única de condiciones ambientales que han producido una considerable variedad de hábitats. Éstos albergan ahora especies raras y espectaculares de fauna, tanto terrestre como submarina, como los frailecillos, respectivamente, y otras interesantes aves marinas. Pero no sólo por encima, sino también bajo el agua, muchas especies animales tienen su hogar, por ejemplo la foca marina gris o algunas ballenas y delfines.

Todo esto se puede explorar durante paseos guiados por Lundy, safaris de buceo con tubo, submarinismo u otros eventos. Los acantilados de Lundy también son muy famosos para practicar la escalada. Otra actividad que puedes hacer en Lundy son los Buzones de Lundy. Se iniciaron hace muchos años y son esencialmente una especie de búsqueda del tesoro que tiene lugar por toda la isla. Cada buzón contiene un sello que sólo puede encontrarse en él. El objetivo es encontrar todos los buzones y recoger los sellos. En esta búsqueda del tesoro, te encuentras rápidamente con caminos con los que normalmente no te cruzarías.

También hay 41 edificios catalogados de importancia nacional en todo Lundy. Los edificios son increíblemente diversos y van desde restos de asentamientos de la Edad de Bronce y tumbas paleocristianas hasta castillos medievales y un faro georgiano.

Sin duda merece la pena visitar Lundy. Aquí podrás escapar del estrés de la vida cotidiana y encontrar la paz.