El pueblo fantasma de Engilchek

Engilchek fue abandonada gradualmente debido al aumento del desempleo tras el colapso de la Unión Soviética en 1991. La ciudad está situada cerca de la frontera china, en una zona remota y de difícil acceso con numerosos yacimientos de materias primas. Los edificios abandonados y las pinturas murales son testigos de un tiempo ya pasado. Sólo las 30 familias restantes que llaman hogar a Engilchek dan un soplo de vida al lugar.

Bajo el liderazgo de la Unión Soviética, la Mina de 1980 Engilchek donde se extraía estaño y wolframio, entre otras cosas. Los puestos de trabajo recién creados representaban una oportunidad que los trabajadores de todas las regiones circundantes no querían desaprovechar. Familias enteras emigraron a Engilchek con la esperanza de labrarse una vida y un futuro en la floreciente ciudad. En su apogeo, la ciudad tenía 5.000 habitantes y no le faltaba de nada, desde un hospital hasta escuelas y un pequeño aeropuerto. Como consecuencia del colapso de la Unión Soviética en 1991, gran parte de la población de la ciudad se vio obligada a abandonar sus hogares y buscar trabajo en otros lugares. Así, la vida se fue desvaneciendo poco a poco de Engilchek y los importantes edificios que antaño formaban parte de una sociedad vibrante quedaron abandonados a su suerte. Hoy, sólo 30 familias viven en la ciudad fantasma, algunas sólo durante unos pocos años. Su objetivo es devolver la vida al pueblo y atraer a turistas de todo el mundo para que vengan a Engilchek.

Aunque la ciudad está abandonada, hay mucho que ver y hacer aquí. Conoce a los habitantes de Engilchek, pasea por las calles abandonadas y déjate impresionar por todos los detalles que quedan de una época pasada. Sumérgete en la atmósfera mística que desprende este lugar único. Justo a las afueras están las fuentes termales de Kara-Tash, perfectas para un baño relajante gracias a su agua agradablemente caliente.

Engilchek no está conectado con el transporte público y se llega principalmente en coche a través del Paso de Ashuu. Se trata de una de las carreteras más altas del país y, en consecuencia, toda una experiencia en sí misma. En los meses de invierno, el acceso al pueblo puede ser limitado debido a las grandes masas de nieve que hay en las carreteras no seguras. Como Engilchek se encuentra en la zona fronteriza con China, es imprescindible obtener el permiso correcto para tu estancia antes de llegar.

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