En el extremo oriental, justo antes de la frontera con China, se encuentra un país casi sin descubrir por los turistas. Te mostramos los impresionantes lugares más destacados que ofrece Kirguistán. No te pierdas nada en este paraíso desconocido.
1. alaköl: el lago de montaña más destacado de Kirguistán
En el noreste del país, el lago de montaña Alaköl se extiende a 3.532 metros sobre el nivel del mar. Es especialmente famoso por su colorido surrealista: el brillante azul turquesa del agua parece una olvidada salpicadura de color en la escarpada paleta de las montañas circundantes. Sin embargo, este espectáculo único es sólo para los más resistentes: la ascensión suele durar tres días y en invierno una gruesa capa de hielo cubre el lago de gran altitud.
2. saimaluu tash: piedras de los pueblos indígenas
Si te apasionan la historia y las culturas antiguas, Saimaluu Tash es una visita obligada en Kirguistán. El yacimiento arqueológico reúne unas 10.000 piedras pintadas con petroglifos a lo largo de dos valles de alta montaña, que revelan mucho sobre las antiguas culturas de esta zona. Muchas de las tallas aún no tienen una explicación definitiva hoy en día y su significado probablemente permanecerá oculto para siempre.
Sin embargo, el arte aún puede contemplarse hoy en día, dejando que cada visitante haga su propia interpretación. Los mensajes de la antigüedad se crearon hace más de 4000 años y se consideran la mayor colección de piedras de este tipo del mundo. Entre imágenes de animales y símbolos geométricos hay rostros de divinidades de tiempos pasados que, sin embargo, nunca han perdido del todo su magia.
3. Cascada de Barskoon
Al sur del gran lago Yssykköl se encuentran las cascadas de Barskoon. Aquí, el agua del río Barskoon cae en cascada por varios escalones. Rodeadas de una impresionante naturaleza montañosa y vistas sobrecogedoras, es un punto culminante que los visitantes de la región no deben perderse. En el escalón más alto, las masas de agua caen 24 metros hacia las profundidades y se encuentran estrepitosamente con el curso del río que hay debajo. A sólo 20 kilómetros al norte hay una pequeña ciudad llamada Barskoon, igual que las cascadas. Aquí puedes pasar la noche tras un largo día en las montañas.
4. Glaciar Engilchek y Ciudad Fantasma
En el punto donde confluyen las fronteras de China, Kirguistán y Kazajstán, los glaciares de Engilchek se elevan muchos metros en el aire. En el borde de los dos glaciares, donde comienza el hielo, muchos visitantes se asombran ante las masas blancas aparentemente interminables. El más alto de los dos picos, a 7400 metros sobre el nivel del mar, parece tocar el cielo. En verano, el agua del deshielo fluye a raudales hacia la cuenca del Tarim, en China. No lejos de los glaciares se esconde la ciudad abandonada del mismo nombre, cuyas ruinas ofrecen hoy emocionantes visiones de tiempos pasados.
5 Bishkek: capital de Kirguistán
El corazón del país late en el norte, aquí se encuentra la única ciudad con más de un millón de habitantes. Los primeros nativos se asentaron aquí en el siglo VI, y desde entonces la palpitante ciudad no ha dejado de crecer hasta que hoy la metrópoli se manifiesta como la capital. Aquí se puede admirar la arquitectura en los impresionantes edificios soviéticos, y también merece la pena pasear por uno de los numerosos parques.
El Museo de Arte de Bishkek revela mucho sobre la cultura de este país cargado de historia. Además, las actividades típicas de una gran ciudad no dejan nada que desear: Los restaurantes sirven platos típicos locales y en los bares, cafés, teatros y hoteles se puede disfrutar de la vida antes o después de una excursión a uno de los muchos parques nacionales. Justo al lado de la ciudad está la estación de esquí de Kashka Suu, donde los aficionados al esquí sacan partido a su dinero.
6 Cañón de cuento de hadas: el paisaje del desierto rojo
Las rocas escarpadas que brillan rojas al sol y el aura mágica de este paisaje insólito dan nombre al Cañón del Cuento de Hadas. Este punto culminante muestra probablemente uno de los tramos de tierra más dignos de ver, el aura pintoresca te invita a soñar. Aunque esta parte de Kirguistán parece desértica a primera vista, el paisaje es cualquier cosa menos desolado. El rojo de las grandes piedras es un verdadero resplandor de color, y si te fijas bien, no tardarás en toparte con uno de los muchos pequeños habitantes del cañón. Miles de años de viento, agua y hielo han dado forma a esta singular extensión de tierra tal como se presenta hoy.
A su lado están los Parques Nacionales de Kirguistán absolutamente recomendable, hemos reunido las cuatro más bellas.
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